El edificio
El actual edificio que custodia la colección Franz Mayer
data de la segunda mitad del siglo XVII. El predio albergaba, en
el siglo XVI, la "Casa del Peso de la Harina", construcción
que servía de almacén y centro de abasto de granos
a la ciudad de México.
El siglo XVI fue un siglo muy difícil para los habitantes
de la ciudad de México. Enfermedades desconocidas por los
indígenas mataban y afectaban a un gran número de
personas. No había suficientes alimentos y las castas no
eran recibidas en los hospitales.
La historia del inmueble como hospital comienza a fines de ese
siglo XVI, a partir del deseo de un hombre, Pedro López,
primer doctor en medicina graduado en la Real y Pontificia Universidad
de México. El, como muchos otros novo hispanos de su época,
se dio cuenta del dolor y sufrimiento tanto de los leprosos como
de las madres solteras que no podían hacerse cargo de sus
niños. López decidió entonces erigir un hospital
que se encargara de los necesitados. Es así como, en 1582,
se le otorgó la "Casa del Peso de la Harina" que
se encontraba en el barrio de la Veracruz. Ese hospicio recibiría
el nombre de "Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados".
A la muerte de Pedro López, su hijo Jusepe heredó
el patronato del hospital. Pocos años después, el
virrey de Montesclaros, solicitó a la península Ibérica
varios frailes hospitaleros de la orden de San Juan de Dios, con
el fin de hacerse cargo del Hospital del Espíritu Santo,
que había levantado a su costa don Alonso Rodríguez
de vado y su esposa Ana; pero como se retrasaron un año por
heberse detenido a atender a los enfermos de los hospitales de Cuba
y Nicaragua, los Rodríguez de vado, impacientes, entregaron
su hospital a los hermanos de la caridad de San hipólito.
El virrey de Montesclaros, al ver que los frailes juaninos estaban
desaprovechando sus conocimientos médicos por falta de bienes,
otorgó en 1604, con el consentimiento de Jusepe López,
el inmueble a esta orden que le cambiaría el nombre por "Hospital
de San Juan de Dios".
Con la llegada de los juaninos a este centro de salud, se marcó
una nueva época en la vida hospitalaria de la Nueva España,
ya que se suprimió la exclusividad racial permitiendo que
se atendiera a toda clase de pobres y enfermos. Además, los
frailes se dedicaron a remodelar y agrandar el edificio según
las nuevas necesidades del hospital que se encontraba en deterioro.
En 1820 pasó a manos del ayuntamiento, al suprimirse las
ordenes hospitalarias por mandato de la Constitución de Cádiz.
En 1845 fue Hospital General y 20 años después el
emperador Maximiliano lo destinó a la curación de
prostitutas. Se conservó como Hospital de la Mujer con diferentes
nombres durante mucho tiempo. El inmueble fue restaurado, en un
esfuerzo conjunto, por el gobierno y por el fideicomiso durante
la primera mitad de los ochentas para que en Julio de 1986 se abriera
al público el Museo Franz Mayer.
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